Hoy no podemos vivir sin el 2.0

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A ritmo vertiginoso ha ido esta revolución del “medio de medios”, un hito clave en la historia reciente de la humanidad que ha supuesto la llegada de nuevas formas de comunicación jamás imaginadas siglos atrás.

Internet es usado ahora diariamente por millones de personas y son muchos los que admiten sentirse “esclavos” o “dependientes” pero, realmente, su comienzo estuvo centrando en el concepto de libertad. El hipertexto transformó la forma de organizar la información y de acceder a ella y, por supuesto, la World Wide Web se erigiría como la culminación de esta tecnología.

Es difícil situar el nacimiento de la “red de redes”. Son muchos los que concentran este momento con la llegada de ARPANET en 1969. Aquí se intentó unir varias computadoras situadas en diferentes lugares pero mediante conexiones telefónicas, por este motivo, ARPANET puede considerarse como un “embrión” de Internet. Otros prefieren afirmar que un 12 de marzo de 1989 nació Internet (en su forma más simple) gracias a la unión y el trabajo de un equipo de especialistas, hasta la fecha desconocidos, aunque no fue hasta noviembre de ese mismo año cuando daría el pistoletazo de salida.

Saltando muchos años y acontecimientos importantes que se dieron durante la creación de Internet, llegamos directos a la World Wide Web y a su evolución. ¿Qué supuso la llegada de la web 1.0? “Web 1.0” alude a un estado de la World Wide Web, y cualquier página web diseñada con un estilo anterior a la web 2.0. Es en general un término usado para describir la web antes del impacto de la “fiebre punto com” en el 2001.

Podríamos calificar a este tipo de web como “primitiva”. Era totalmente unidireccional y poseía contenidos estáticos. Las primeras páginas de Internet publicaban su contenido pero no se actualizaban a no ser que el “webmaster” modificase esos contenidos y volviese a subir la web de nuevo a Internet. Su carácter era principalmente divulgativo. Los internautas accedían a una web 1.0 únicamente para obtener información (no se podía escribir, ni añadir comentarios, etc).

El gran salto cualitativo llegaría con la web 2.0. Desde entonces, estos dos números (2.0) se colaron en nuestras vidas y abandonaron la palabra “web” para adosarse también a otros términos de nuestro vocabulario. Ahora todo y todos queremos ser 2.0: “comunicación 2.0”, “vida 2.0”, “marketing 2.0” e incluso “amor 2.0”. En esta nueva versión de la World Wide Wed los usuarios, los internautas, toman los mandos y el control. Se da la transición de una comunicación unidireccional a una comunicación bidireccional. Surgen aplicaciones y páginas que utilizan la inteligencia colectiva, consecuencia de ello las páginas pueden ser personalizadas, los usuarios realizan cambios e introducen datos y se convierten en una herramienta dinámica que permite el intercambio de información.

Esta información se transforma en comunicación gracias a la interacción y a la incorporación de comentarios de textos, vídeos, chats etc. Surge así una “globalización” de la cultura y del acceso a la información para millones de personas las cuales, además, quieren expresarse, compartir, opinar, emocionarse e incluso generar sus propios contenidos. Dejamos de ser pasivos para ser activos y productores de información.

Nunca un título designó tan correcta y apropiadamente una historia, nuestra historia: la “Sociedad de la Información”. En las “autopistas” de datos nunca se hace de noche, no se descansa, los “e-commerce” no cuelgan el cartel de cerrado y seguro que siempre podremos encontrar a alguien “online” en Internet. ¿Te has percatado de la “transición” que cambió tu vida por completo?

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